Con la luz que elegimos podemos resaltar objetos, crear texturas y crear ambientes más agradables.
Para ambientar un espacio con luz nos ayudamos de lámparas a nuestro gusto. El repertorio dentro del mundo de las lámparas en muy amplio. Aquí os enseño algunos ejemplos, que me han parecido interesantes.
Lámparas sobremesa. Ideal para salón, dormitorio y recibidores. Yo me decanto por el blanco, pero para este tipo de lámparas hay una gran variedad de colores, formas y materiales.
Los apliques son otra opción para espacios pequeños o para combinar con el mobiliario. También se suelen poner en pasillos, escaleras o recibidores.
Las lámparas colgantes y los semiplafones son la opción acertada para dar ese punto de ornamentación al techo. En mi opinión las colgantes son para salones y dormitorios amplios y con poco mobiliario.
También hay otras que se usan para colocar sobre centros de mesa. Aquí os muestro una lámpara muy curiosa, hecha de fibra óptica y leds. Combina el avance de la iluminación con la araña clásica de cristal.
Para cuartos de baño y cocinas, también hay una gran variedad de lámparas que pueden quedar genial y que están diseñadas especialmente para estas dos estancias. Pero en mi opinión, los empotrables, en su mayoría ojos de buey, son la opción acertada para cocina, en techo y muebles, y para baños y aseos, exceptuando el foco o aplique sobre el espejo.