Cuando disponemos del espacio necesario en el dormitorio o en una estancia cercana, una de las mejores soluciones para mantener la ropa y complementos en orden, es el vestidor.
Generalmente, se ubica en una pequeña habitación junto al dormitorio, o entre el dormitorio y el baño. Por su amplitud, compite con el armario, pero debe estar bien planificado y resuelto.
La superficie media para un vestidor es de unos diez metros cuadrados y normalmente el acceso a él, es con puerta corredera.
En cualquier vestidor, sobre todo en los más pequeños, un buen equipamiento, ajustado a estilo y necesidad, permite sacarle el máximo partido. Hay objetos destinados a cada prenda: cajones, bandejas, portacamisas, barras...
Además de un buen equipamiento, un vestidor cómodo debe contar con dos elementos básicos: espejos y una iluminación adecuada.
Cuando en una casa no se dispone de demasiado espacio para crear un vestidor en una estancia independiente, existen otras soluciones creativas como equipar una pared de suelo a techo, en cualquier rincón del dormitorio.